Algo crece en mi.
algo que habita en el silencio de las voces.
Y me llama,
me aviva el pensamiento,
con luces blancas,
que en medio de la oscuridad,
tienen bocas,
y alas.
Es su sonido en el viento,
su susurro al alba,
el que hace impenetrable,
su estancia en el altar del templo.
Caos.
Lagrimas.
Esas que ejercen un canto a la soledad,
y tejen los sublimes,
colores del espejo sideral.
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