Introspección

Dentro de mi hay un viento.

Un silencio.

Una tarde de sonrisas imaginadas.

Dentro de mi hay un fuego.

Un reflejo.

Donde los espejos se han cubierto,

De un mar lleno de cielo.

Dentro de mi se cubre la maleza,

De madera florecida de recuerdos.

De un llanto de azucenas.

De sándalo…sahumerio.

La magia de lo que hay en mi,

Se escribe entre estrellas blancas.

Se extiende por las caricias del pétalo amarillo.

No entiende de sutilezas inútiles y forzadas.

Se despliega como ave al vuelo,

Y enternece con su canto ,

El maravilloso firmamento.

Mariposa

Y la mariposa que cabalga en mis silencios,

Ha penetrado salvajemente.

He alcanzado una puerta rosada ,

En mi escalera hacia el infinito.

Y la serpiente,

Que asomada al paraíso de las canciones,

Encarna con sigilosa proeza,

Los pétalos blancos del sol.

Los ríos que suenan multitudes,

Se desplazan por los caudales limpios del pensamiento.

Donde la lágrima clara se alimenta de su sal.

Los pasos del Loto acumulan una docena de estrellas.

El brillo de sus lienzos reverdecen mis pupilas dormidas.

Acaricio ahora la miel de la luz.

Mi cuerpo entonado hacia la pureza,

Despierta.

El camino rojo comienza con una flor,

Y termina con una púrpura sinfonía de estelas fugaces llenas de ímpetu.

La Espera

Hay un adentro.

Un muro blanco.

Donde las grietas disimulan mi estancia.

Fijas, detenidas.

Y aún no viene la garra de la soledad,

Ha desgarrar mi vestido azul.

Sin embargo duele.

Cala el dolor infuso a mi memoria más vieja.

Y se programan en mis látidos,

Un viaje fascinante,

Donde el fuego es un delator ancestral.

Apocalipsis

Las voces dominan el silencio que todo lo abarca.

Se tienen los amantes la mirada furtiva.

No hay donde esconderse.

La fábula del intelecto acapara a el sombrío flagelo.

La tinta de sangre que recorría los espacios húmedos de la palabra,

Se detienen ante la muerte del pensamiento.

Y lo que parecía un centellante amparo de sabiduría,

Se a tornado en la decadente frase de la ignorancia.

El suelo se a colmado de gris.

La estancia de los antiguos filósofos,

Se describe a si misma como polvo anidado en el tiempo.

Mientras que las cruces..atroces semblanzas de la crueldad,

Vuelan por el cielo ahora condecorado de estrellas quebradas de espanto.

Otra vez la rueda de las eras,

A detenido su curso.

Y el cabalgante sonido de la justicia y la ignorancia,

A desmembrado la historia humana.

Y el día que se avecina,

Llora multitudes.

El Espejo

Y sobre todo,

Hay que mirar con inocencia,

Tanto así,

Que tú misma sabes,

De donde sucumbe tu dolor infuso.

Pero también reconoces,

Las puertas al otro lado del espejo,

Y las voces mudas,

Que estremecen tus sentidos.

Te sientes escrita en un muro.

Una niña de tiza blanca desvanecida por la lluvia.

Y las ofrendas,

Dejadas en el portal,

Son tus cicatrices de la memoria,

Que ahora sangran y se dispersan en una espesa niebla de sentimientos.

Y te bebes los recuerdos,

Te coses el corazón con hilo de plata,

Para que la tormenta que llevas adentro,

No se refugie en alguien más.

Amas tus retorcidos reflejos,

Los alimentas de todo ese temblor que hay en tus manos.

Y como peregrina de ti misma,

Viajas por el mundo,

Trazando círculos en la arena,

Desmintiendo a los profetas.

Mientras…escuchabas algo que caía al alba.

Era tu alma,

Que ahora reposa en paginas de dispersa oscuridad.