Hacer el amor con el silencio,
entre tanta estrella.
Una vibración culmina en la palabra,
que a tientas,
enmudece ante la presencia de la luz.
Entonces,
la brújula,
incesante amante de las coordenadas,
se orienta al este mas próximo del corazón.
Dando saltos de melancolía,
y súbitamente,
se encierra en medio de los espejos.
Buscando el horizonte,
detenido en la memoria de las sílabas.