viernes, 9 de septiembre de 2011

Lo Oculto


Tú haces que el silencio de la vida,

Que es frío,

Se remuerda el corazón.

Te alimentas de gracias imaginadas,

Y como tantas otras,

Albergas la manada cautiva del soñador.


Quieres,

Posees,

Te reivindicas,

Colocando luces en el camino hacia el portal.

Luego en un instante de sombra,

Desapareces de la luz,

Y te conviertes en oscuridad.

Y de aquí se rompe la negra noche,

Cautivando la memoria mas vieja.

Pero tu,

Ladrón de espejismos,

Clavas tus garras,

En mis muslos,

Para que no se oculten mientras el asecho envuelve tu espíritu.

Andas de cazador de almas.

Arrebatando el silencio,

La calma,

La penumbra.

Para convertirla en cenizas.

Sabes que he de morir de cosas asi.

Esperas,

Te adentras.

Hasta que mi muerte,

Esa de la sombra azul,

Llegue y llene el vaso donde se deposita la ofrenda,

Destinada a la poesía.

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