lunes, 22 de agosto de 2011

Mariposa












Y la mariposa que cabalga en mis silencios,

Ha penetrado salvajemente.


He alcanzado una puerta rosada ,

En mi escalera hacia el infinito.

Y la serpiente,

Que asomada al paraíso de las canciones,

Encarna con sigilosa proeza,

Los pétalos blancos del sol.

Los ríos que suenan multitudes,

Se desplazan por los caudales limpios del pensamiento.

Donde la lágrima clara se alimenta de su sal.

Los pasos del Loto acumulan una docena de estrellas.

El brillo de sus lienzos reverdecen mis pupilas dormidas.

Acaricio ahora la miel de la luz.

Mi cuerpo entonado hacia la pureza,

Despierta.

El camino rojo comienza con una flor,

Y termina con una púrpura sinfonía de estelas fugaces llenas de ímpetu.

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